Cuando llega el verano los bebedores de infusiones intercambian sus tazas de té humeante por vasos con hielo. El té helado es una bebida saludable, refrescante y deliciosa que te hará pasar el calor de la estación estival de un modo más agradable. Los supermercados ofrecen bebidas preparadas de té y polvos listos para mezclar con agua, pero el sabor de estos productos queda bastante lejos de un té natural y los productos químicos que llevan tampoco son una razón para seguir consumiéndolos.
Si todavía no te has hecho un buen té frío, cuando lo pruebes, te darás cuenta de que es la bebida del verano y la que mejor calma la sed. Para ello, te damos a continuación nuestros mejores consejos.
La receta de té helado casero más popular es la del té verde con limón, un clásico que se prepara de la siguiente forma:
También se puede preparar en grandes cantidades y guardar en la nevera. En este caso se recomienda no meterlo mientras esté muy caliente para no romper el frío de los demás alimentos.
Aunque para preparar litros de té, lo más recomendable es hacerlo directamente en frío. De esta manera, pondremos el té infundiendo en agua durante 8 horas o más en la nevera, usualmente se prepara por la noche para que esté listo el día siguiente. Este método es el mejor para sustituir los refrescos por té frío, que supone un importante ahorro económico y numerosos beneficios para la salud.
Por supuesto, cada persona tienes sus propias preferencias en cuanto a sabor, concentración… pero os podemos recomendar unos puntos básicos que seguro os ayudarán a disfrutar más y mejor de una buena infusión fría:
Con esto ya podemos ¡disfrutar de un buen té helado!